Zafiro- Caballo de raza árabe

Zafiro era un caballo árabe traído muy potro a Colombia desde Estados Unidos. Yo debía tener no mas de 20 años y como cosa muy especial me dejaban montarlo en la finca en que lo tenían. Me fascinaba montarlo y daba paseos largos en él. Tenía aires muy suaves y estaba muy bien “domado” lo que en esa época se decía cuando atiende bien a la rienda y los talones. Yo sentía que con Zafiro solo con pensar en trotar o disminuir su ritmo, el entendía. Esto se lo atribuía especialmente a que estuviera bien “domado” pero nunca se me ocurrió que en realidad él disfrutara de ser montado y de establecer algún vínculo con el jinete.

Eso si, nunca me encargué de ensillarlo ni de llevarlo de cabestro pues era “juguetón”, mordía por momentos a quien lo cabresteaba y se movía de un lado a otro. Yo no me sentía segura a su lado desde el piso.

Una tarde montando a Zafiro debí bajarme del caballo para abrir una portada de alambre. Me dio un poco de miedo porque sabía que Zafiro iba a empezar a morderme mientras lo sostenía, pero me bajé y logre abrir. Pasaron las otras personas del grupo y yo dejé nuevamente cerrado. Al montarme, antes de estar bien sentada en la silla, Zafiro dio un brinco para salir al galope y yo me caí del caballo. Me quebré el brazo. Debí caminar de regreso a la casa llevando a Zafiro de cabestro por los potreros. Yo no era capaz de montarme nuevamente por el dolor del brazo. Me demoré media hora en llegar.   Durante todo el trayecto, Zafiro caminó a mi lado tranquilo sin molestar ni tratar de morder. Iba simplemente a mi lado acompañándome.

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