Sensibilidad y Energía

Mi mamá siempre disfrutó y prefirió caballos con carácter alegre y despierto.  La relación con los caballos se construye y es la energía nuestra la que ellos perciben. Podría decirse que entienden nuestros pensamientos. Siempre supe que mamá tenía una facilidad única para relacionarse con los caballos. Ahora entiendo que era ella,  al montarlos, quien les daba el espíritu despierto que tanto disfrutaba. Comanche era un caballo aparentemente alborotado, brioso, difícil y supuestamente duro de boca. Mamá podía galopar en él en espacios abiertos y volver al paso o detenerse en el momento en que ella lo decidiera sin ningún problema. Ambos disfrutaban esas carreras. Nunca perdía el control. Además ella tenía un grito especial de felicidad que el caballo ya conocía y cuando lo escuchaba salía a galope tendido…

O cuando llegaban debajo de algún árbol de guayabas, mamá le tocaba en  el cuello y Comanche bajaba la cabeza para recoger y comer guayabas. Simplemente se entendían!!

En mi época de equitación de salto tuve varios caballos con problemas. Si que me hubiera servido saber las cosas que he aprendido y analizado ahora. No hubiera sufrido o sometido a los caballos de la manera que me hacían someterlos. Pero por lo menos ahora puedo dar explicación, desde el punto de vista del caballo, a muchas de las experiencias que podría llamar negativas. Pero entiendo que, “Las experiencias con caballos no son negativas. Son experiencias que nos dan la oportunidad de aprender.”

Como me  obligaban a someterlos? Castigar al rehusarse pasar un obstáculo. No hubiera sido mas fácil analizar la  dificultad que pudiera tener ese caballo por lo cual había tomado la decisión de rehusar?  O mas bien era inseguridad del jinete, en este caso yo, la que lo hacía parar frente al salto?

Con lo aprendido en etología,  puedo analizar desde el punto de vista del caballo. Someter  a los caballos es también obligar a punta de acoso de los talones a cruzar un río, sin darles tiempo a observar, entender, y confiar en su jinete quien le muestra que lo que va a cruzar es inofensivo.

Todavía me arrepiento del acoso que tuve con mi yegua  Salomé la primera vez que iba a cruzar un río. Además era su primera salida en paseo con un grupo de mas de 100 caballos.  Me entristece pensar  que no le di la oportunidad de oler, bajar la cabeza para mirar y pensar. Además que por mis nervios no era yo la indicada para darle la confianza de cruzar. Se la entregué a una persona que la obligó a cruzar, también a punta de talonearla hasta que no le quedó mas remedio que tirarse al agua, seguro golpeándose las patas con las piedras.

El siguiente paseo al que salimos Salomé y yo, hubo nuevamente un rio. Quedé feliz por esta nueva oportunidad con ella. La sentí nerviosa al acercarse al agua pero solo solté la rienda. Bajó la cabeza y sin siquiera dudar, entro en el agua despacio y sin problema. Todavía no se si ya ella me tenía mas confianza, o simplemente juntas vimos que allí ella se podía refrescar las patas un rato y tomar agua. Así lo hizo..

En mis estudios de etología, hemos analizado muchos casos de la sensibilidad del humano/caballo. Creo que esta sensibilidad se da cuando se les tiene amor y se entiende cual es la naturaleza del caballo. Como dice Mark Rashid, “los caballos nunca esconden sus sentimientos. Sus actos muestran exactamente sus sentimientos.”

Siguiente
Siguiente

Zafiro- Caballo de raza árabe